Medicamentos, suplementos dietarios y cosmética: qué se puede traer de afuera con el «puerta a puerta» y cómo

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A un año de su inicio, el Gobierno vino empujando concretar la seductora promesa del aperturismo comercial, bajo el rótulo del ya famoso “puerta a puerta”, un mecanismo que vehiculizó las compras online de productos del exterior, con una carga impositiva más baja y menos tramiterío. Pero, mientras en las muchas notas sobre este tema se hizo foco en el mundo textil y en la electrónica, una pregunta para sumar es si se podrían encargar afuera productos de otros rubros, cuyos precios locales son, en ciertos casos, un cachetazo limpio en el día a día. Hablamos de medicamentos, suplementos dietarios y cremas de dermocosmética. Acá, los detalles.

Las preguntas de las que partió esta nota fueron bastante más simples que las respuestas. ¿Podría uno encargar online (a Estados Unidos, por ejemplo) unos frascos de Omega 3 o de calcio, si quisiera? ¿Y qué tal hacerse traer un par de potes de cremas orgánicas para las arrugas que acá no se venden o cuestan una fortuna? ¿Y la loción importada para la dermatitis atópica de los más chiquitos de la familia, que hace un año era carísima y ahora ni se consigue?

Pongamos otro caso al azar: gente que, por ejemplo, toma a diario un vasodilatador específico, de venta bajo receta, llamado nifedipina. Están presos del precio al que lo ofrece el único laboratorio que lo comercializa en Argentina sin opción de genérico a la vista, cuando en el exterior la misma droga puede costar la mitad o menos. ¿Se podrían encargar algunas de esas cajitas con el mecanismo “puerta a puerta”?

Un ejemplo más: la tendencia de la población es tomar acríticamente altas dosis de ibuprofeno, pero si uno busca información sabrá que es malo para los riñones y que con pocos miligramos se logran efectos importantes. Sin embargo, quien quiera cápsulas de 200 mg, verá que en Argentina no hay, salvo unas para el dolor de ovarios y a un precio casi cuatro veces mayor que el que promociona Amazon encargando un frasco de 500 comprimidos. ¿Podría uno tenerlo en la puerta de su casa?

Los límites del puerta a puerta

Ninguno de estos productos (en cantidades limitadas para un consumo personal razonable, acotado a un tiempo prudencial) representa un problema cuando uno se baja del avión y, paranoide de lo que tiene, lo que no tiene y lo que aparenta tener, atraviesa la Aduana.

Uno entonces empuja su carrito con las valijas y las cajitas o frascos en cuestión sin problema. Pero, aun con las facilidades de la resolución de “Importación y exportación simplificada por parte de Prestadores de Servicios Postales PSP/Courier”, las cosas son distintas si la compra es online y uno pretende tener las facilidades del puerta a puerta.

La Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA) emitió una resolución que facilita los envíos «puerta a puerta» desde el exterior a través de servicios de courier. Foto: Luciano Thieberger

El límite de importación de mercaderías (con o sin finalidad comercial) son 3.000 dólares, incluyendo todo: el valor del producto, el seguro y el flete. Tampoco se pueden superar los 20 kilos, si uno pretende usar este mecanismo, que el Gobierno resalta por tener menor carga impositiva y haber bajado la cantidad de trámites ligados.

Impuestos aparte (un tema complejo en el que no se profundizará acá), la pregunta sigue siendo si se podrían encargar productos de los rubros mencionados.

Puerta a puerta de productos de dermocosmética

Focalizando en la dermocosmética, la respuesta es «sí». No hay que hacer ningún trámite distinto del que se haría para traer un par de medias, ya que la ANMAT (organismo que regula el ingreso de medicamentos y alimentos) no tiene competencia en el mundillo de las cremas faciales y corporales o en los cosmético, aún cuando tengan algún principio activo que los asemeje remotamente a un fármaco (justamente, la razón por la que pertenecen a la categoría «dermocosmética»).

No obstante, limitaciones para traer estos productos desde afuera podría haber, pero exceden la regulación local. Ocurre que no es tan fácil encontrar -por fuera de Amazon- sitios de marcas o mismo farmacias o cadenas de perfumerías que hagan envíos fuera de su país o más allá de los limítrofes, tanto si se quiere comprar en Estados Unidos como en Europa. Y quien intente, por ejemplo, traer productos de dermocosmética desde Chile o Brasil, se topará con el mismo problema.

Pero, vía la plataforma Amazon, es posible hacerlo. Eso sí, salta un cartel que avisa que “las regulaciones aduaneras de Argentina requieren la siguiente información para esta dirección de envío: número de identificación”.

Cremas faciales puerta a puerta desde Estados Unidos a la Argentina – FTP CLARIN amazon compras.jpg Z Profetico

Luego de que la plataforma aclare que esa identificación “se almacenará de forma segura y se usará únicamente con el fin de realizar los trámites aduaneros (incluido compartirla con transportistas y funcionarios de aduanas) para este pedido, pedidos futuros y cualquier devolución de productos”, figuran dos opciones, que se despliegan en una solapa: incluir el número de pasaporte o el CUIL, datos que Amazon no pide nunca, si el envío se hace dentro de los Estados Unidos.

Distinta es la situación con los fármacos y los alimentos, rubros cuyo ingreso al país sí depende de la autorización que dé la ANMAT. Acá, un paréntesis.

Hace un par de meses se supo que la provincia de Mendoza planeaba importar medicamentos desde India para bajar el costo de bolsillo de la población de esa provincia. Todos nos preguntamos entonces si el Gobernador Alfredo Cornejo podría avanzar con esa iniciativa o si en cambio precisaba del visto bueno de la ANMAT. En respuesta a esas dudas, el organismo salió rápidamente a emitir un comunicado en el que prácticamente expresó que la provincia estaba en condiciones de hacer lo que quisiera.

Eso que podía hacer Mendoza en ese momento no lo puede hacer un ciudadano común en ningún momento. La explicación está en quién se hace responsable por los medicamentos que ingresen al país, aclararon desde el Gobierno a Clarín.

Que Cornejo traiga remedios desde el exterior implica que el ejecutivo provincial se hace cargo de la seguridad de la población que consuma esas drogas, que por supuesto no podrán entregarse por fuera del sector público mendocino, lo que excluye la venta en farmacias o su uso por fuera de los límites provinciales.

En septiembre, el gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, anunció que iniciaría tratativas para importar medicamentos más baratos desde India. Foto Rolando Figueroa

En la vereda de enfrente está la importación que un individuo potencialmente haga de un medicamento equis, sea de venta libre o bajo receta. Dado que en este otro caso es la ANMAT la que debe asumir la responsabilidad por temas como la procedencia del fármaco, la conservación de la cadena de frío durante el traslado y todos los otros etcéteras relacionados a la seguridad que debe ofrecer la droga, la normativa del organismo prohíbe el ingreso de medicamentos desde el exterior, salvo que no tengan una opción en el país.

Podría parecer un absurdo que la misma práctica no represente ningún problema cuando el medicamento es traído en la mochila arriba del avión o adentro de la valija. La respuesta de las autoridades a este punto es que «no es lo mismo». Y explican que en ese momento interviene la Aduana (y no la ANMAT), o que el que se hace responsable es el viajero recién aterrizado.

Vale agregar que para importar un fármaco que no existe en el país se debe completar un trámite llamado “pedido de uso de compasivo”, procedimiento que las familias de pacientes con enfermedades poco frecuentes (también llamadas “raras”) conocen muy bien. Lejos está de ser un trámite simple tipo “puerta a puerta”.

El puerta a puerta de los suplementos dietarios

De la ANMAT depende el Instituto Nacional de Alimentos (INAL), entidad que no solo regula el ingreso de, por ejemplo, paquetes de fideos secos italianos que uno se quiera traer «puerta a puerta», sino también los llamados “suplementos dietarios”, propuestas fármaco-alimentarias que no califican estrictamente como medicamentos.

En este otro mundillo (prácticamente no regulado ni controlado en la Argentina) ocurre algo distinto, y es que, por más que el suplemento dietario exista en Argentina, se puede traer uno semejante desde el exterior, y por la vía del puerta a puerta.

Pero nada es tan simple como suena, por dos razones. La primera es que, para darle curso al trámite, hay que ingresar en la página de Trámites a Distancia y hacer la solicitud de ingreso ante el INAL. La respuesta demorará entre una semana y diez días. El formulario sirve tanto para traerse los paquetes de fideos mencionados como Omega 3, o el suplemento que uno quiera.

El “ok” emitido por el INAL tendrá que ser transmitido (nadie aclara del todo cómo) a la Aduana, como parte de la documentación para la importación «puerta a puerta».

El segundo problema es que, si bien con los alimentos podría funcionar, plataformas como Amazon -quizás para evitar inconvenientes con las autoridades regulatorias- no habilitan envíos de suplementos dietarios a la Argentina.

Suplementos dietarios puerta a puerta desde Estados Unidos a la Argentina. – FTP CLARIN suplementos.jpg Z Profetico

A quien lo intente le saltará un cartel rojo bastante claro, justo después de detallar la dirección del envío.

Hubo un problema con alguno de los ítems de su orden”, se avisa primero, y se avisa al final sin mucho más detalle: “Este producto no podrá ser enviado a la dirección seleccionada”.

PS

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