En la noche del 19 de diciembre, el Ejército Nacional fue blanco de dos ataques terroristas en los departamentos de Cauca y Bolívar, que dejaron tres soldados heridos.
El primer incidente ocurrió en la vereda San Luquitas, municipio de Morales, en el sur de Bolívar. Un artefacto explosivo artesanal fue detonado durante fuertes enfrentamientos entre tropas del Batallón de Selva N.° 48 y miembros del frente Tito Marín del Ejército de Liberación Nacional (ELN). Como resultado, tres militares resultaron heridos mientras realizaban labores de protección a la población civil.
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Los soldados fueron trasladados a un centro asistencial cercano, donde están recibiendo atención médica. Hasta el momento, se desconoce el parte oficial sobre su estado de salud.
El segundo ataque tuvo lugar en el Batallón de Entrenamiento del Ejército, ubicado en el corregimiento de El Estrecho, municipio de Patía, Cauca.
Presuntos miembros del ELN habrían lanzado dos tatucos (un tipo de armamento no convencional elaborado artesanalmente por guerrillas desde la década de 1990) contra un camión. Afortunadamente, los artefactos cayeron en campo abierto, sin causar daños a personas. Sin embargo, un tercer explosivo detonó dentro del vehículo, dejándolo envuelto en llamas sobre la vía.
El general Federico Mejía, comandante de la Tercera División del Ejército, ofreció detalles sobre lo sucedido. “No hay daños ni heridos. Fueron dos tatucos lanzados desde un vehículo que no generaron ningún daño a instalaciones. Cayeron en un campo abierto, y un tercero estalló dentro del vehículo”, informó el oficial.
Las autoridades continúan con las investigaciones para identificar a los responsables de los hechos que mantienen a una parte de la población civil de estas zonas del país en situación de riesgo. Ante este panorama, el Ejército reiteró su compromiso de salvaguardar la vida de los colombianos y garantizar la seguridad en las áreas afectadas.
Por su parte, la Defensoría del Pueblo ya había advertido que los enfrentamientos entre el Clan del Golfo y el ELN en estos territorios mantienen en alerta máxima a las comunidades del sur del departamento de Bolívar. Además, se señaló que en el Cauca, uno de los territorios más afectados por la violencia en las últimas décadas, esta problemática se ha recrudecido. Las disidencias lideradas por alias Iván Mordisco son identificadas como la estructura criminal con mayor presencia en la región.
El brigadier general Federico Mejía, comandante de la Tercera División del Ejército Nacional, confirmó denuncias sobre la instalación de campos de entrenamiento diseñados al estilo nazi por parte de las disidencias de Iván Mordisco en el sector del Cañón del Micay, Cauca, y parte del Valle del Cauca.
Según Mejía, estos lugares son utilizados para entrenar a menores reclutados de manera forzosa. Además, señaló que estas prácticas generan terror entre los jóvenes por su similitud con métodos del régimen nazi, describiéndolos como “centros de exterminio o campos de concentración al estilo nazi, donde se reportan fusilamientos, homicidios selectivos y un entrenamiento temerario”. Estas actividades estarían bajo la dirección de los frentes Jaime Martínez y Carlos Patiño.
Estos grupos al margen de la ley se conformaron con exmiembros de las FARC que no se acogieron al acuerdo de paz firmado por el entonces presidente Juan Manuel Santos durante su gobierno.
Finalmente, el general Mejía denunció que estos grupos delictivos continúan utilizando a la población civil como escudo humano y, al mismo tiempo, como objetivo militar. Según el comandante, estas estructuras armadas se refugian en viviendas y establecimientos civiles durante los enfrentamientos con la Fuerza Pública, lo que dificulta las operaciones militares y aumenta el riesgo para las comunidades locales.