Una extenuante saga de discusiones, reclamos, cruces y zancadillas obstruyeron el debate del Presupuesto 2025 para la provincia de Buenos Aires. Después del fracaso de la semana pasada para votar la propuesta que contempla gastos por $ 32 billones para la gestión anual del gobierno de Axel Kicillof, este viernes se cayó de forma definitiva la posibilidad de aprobar esta herramienta clave para el funcionamiento del Estado provincial.
Los proyectos quedaron estancados y por ahora no tienen fecha para un futuro tratamiento. Podrían discutirse en febrero o en marzo, según especulan fuentes parlamentarias.
Todo transcurrió entre acusaciones cruzadas, del oficialismo y contra la oposición. El bloque de Unión por la Patria aseguró que tenía toda la tropa alineada (son 37 diputados) para iniciar la sesión. Necesitaba la mitad más uno de los legisladores (47; sobre el total de 92) para avanzar en esa cámara. Con esa mayoría se puede aprobar el cálculo de gastos y la Ley Fiscal, que establece los nuevos montos de impuestos que podrá cobrar el Ejecutivo el año que empieza en cuatro días. Para alcanzar el número, UxP tenía previsto sumar a los integrantes del bloque ex libertario, de Unión, Renovación y Fe (9), y otros aliados ocasionales.
Pero es más empinado el recorrido del tercer instrumento que pidió el Gobernador: la autorización para que la Provincia tome deuda por U$S 1.045 millones y la emisión de Letras del Tesoro por otros U$S 250 millones más, requiere de las manos levantadas de dos tercios de los diputados.
Allí entonces el oficialismo necesita acordar y convencer a los bloques de la UCR (son dos facciones) y del PRO. Los 13 que integran LLA no aprueban el paquete de Kicillof.
Este viernes también estaba convocada una sesión del Senado para actuar «en espejo» y ante un eventual acuerdo parlamentario sellar la sanción de las leyes. Pero todo quedó obstruido.
El primer canal cortado está puertas adentro del bloque oficial. El presidente de ese cuerpo, el camporista, Facundo Tignanelli, asumió a través de las redes esa distancia con el kicillofismo. “Boludeces, no”, escribió en “X”.
“Esta tarde los 37 diputados de UxP vamos a estar sentados en nuestras bancas para tratar los proyectos de presupuesto, fiscal impositiva y endeudamiento enviados por el Poder Ejecutivo. Durante este año recibimos 16 proyectos (incluyendo presupuesto y fiscal) iniciados desde el Ejecutivo provincial, de los cuales fueron aprobados 12 (y 2 serán tratados en la sesión de hoy). Es decir que de aprobarse ambas iniciativas el día de la fecha habremos alcanzado 14 de 16 proyectos con un bloque en minoría que representa apenas 37 de los 92 diputados del cuerpo. En términos futbolísticos -y políticos también- el resultado manda”, se explayó.
El mensaje era para los intendentes que respaldan al gobernador y habían pedido “apoyo” de los legisladores. Y para algunos ministros que también exigieron colaboración. Además apuntó contra la oposición a quien acusa de no dar avanzar en las negociaciones.
Un día antes, el presidente de la Cámara, Alexis Guerrera, que responde al massismo, puso la responsabilidad en el Ejecutivo. “Confiamos en que el Gobernador, que lleva adelante los diálogos (para lograr las mayorías parlamentarias) podrá lograr la tranquilidad que tanto necesitan los y las bonaerenses”. La pelota en el campo contrario.
Los renglones que trababan las discusiones se pueden resumir en estos ejes: se reclamó al Ejecutivo un fondo de $ 400 mil millones para repartir a los municipios. La Gobernación accedió a estirarlo a $ 160 mil. Los dirigentes radicales y del PRO querían eliminar un artículo de la ley fiscal que habilitaba al Gobernador a subir impuestos por encima de la pauta de 28% anual, fijada en el Presupuesto. También desde la oposición se exigía que el 16% de los fondos que ingresaran por endeudamiento se transfirieran a las 135 comunas.
Hubo otro intento de alcaldes del PJ de forzar una ley para derribar la prohibición de las reelecciones indefinidas, en medio de las negociaciones. Otra vez fracasó. Querían que algún legislador kirchnerista o el propio Kicillof empujaran la iniciativa. No llegó ni a evaluarse en la mesa de discusión chica. “Nadie quiere cargar el costo político de esa decisión”, coincidían.
Casi tres horas después de la convocatoria original el presidente del cuerpo, Alejandro Dichiara, propuso un cuarto intermedio “sin plazo”. Diego Garciarena, presidente del bloque de la UCR que responde a Maximiliano Abad, planteó que la pausa fuera por una hora. “Lo que no se acordó en todas estas jornadas ya no se va a acordar porque nunca hubo un canal de diálogo o una puerta para debatir. Lo que hay es falta de voluntad política para resolver este Presupuesto y la Ley Impositiva”, dijo.
Hubo un intento frustrado con la presencia de dos ministros y un secretario de Kicillof: Pablo Lopez (Economía), Gabriel Katopodis (Infraestructura) y Agustina Vila (secretaria General) fueron al Palacio a una reunión con presidentes de bloque. No alcanzó. Era tarde para un consenso.
Cumplido ese plazo, la sesión expiró. Y el presupuesto para afrontar el segundo año del segundo mandato de Kicillof también quedó descartado por el momento. El gobernador deberá prorrogar la última ley que se sancionó en 2023. El ejercicio que termina en cuatro días también está prorrogado.
Es un esquema que implica fragilidad institucional. Pero un amplio margen de discrecionalidad. El 80% de las partidas serán definidas por decretos de “adecuación presupuestaria” de un proyecto que se definió a fines de 2022. En el medio pasó un año con 250% de inflación y otro que llegaría al 125% de aumento.
El gobierno tendrá que usar la ley impositiva 2024 para emitir las facturas del año que viene. En enero no hay vencimientos, pero si para el segundo mes del año no se vota una nueva norma, deberá también adaptarse a la de este año.