Detuvieron a Gustavo Juliá, el hombre clave de la causa «narcojet»: lo buscaban por un secuestro cuya víctima nunca apareció

Compartir

Estuvo preso en Europa, condenado junto con su hermano Eduardo a 13 años de prisión por intentar meter una tonelada de cocaína en España en un jet privado (2011). Ya en Argentina fue investigado por el doble crimen de Unicenter (2008) en el que dos narco paramilitares colombianos fueron fusilados en el estacionamiento del shopping. Incluso se lo detuvo en 2023 y se lo mandó a juicio oral por el contrabando de siete lingotes de oro, pero fue excarcelado y nunca se presentó a la audiencia.

Este tremendo perfil pertenece a Gustavo Juliá, quien, antes de ser protagonista de las crónicas policiales, gozaba del poder que le daba ser el hijo del Brigadier Antonio Juliá, jefe del Estado Mayor Conjunto durante el gobierno de Carlos Menem.

Aunque se lo mantuvo en secreto, Juliá fue detenido por la División Antisecuestros de la Federal el pasado 20 de diciembre. Lo detuvieron cerca de uno de sus domicilios, en Martinez. Iba con su novia, pero la mujer no quedo detenida. Juliá quedo alojado en la alcaidía de la Superintendencia de Investigaciones Federales. Le secuestraron dos celulares que tenía en su poder.

Hace meses Gustavo Julia estaba prófugo, pero no sólo por la causa del contrabando del oro. El fiscal federal Carlos Stornelli y la Jueza Maria Romilda Servini de Cubría lo buscaban por un secuestro mafioso ocurrido el 8 julio pasado. La victima fue empresario Gaston Tallone, un hombre relacionado con el negocio portuario y con fuertes vínculos con el Puerto de Concepción de Uruguay.

Su familia pagó un rescate de 65.000 dólares. Nunca lo volvieron a ver. La principal hipótesis es que Tallone se quedó con casi media tonelada de cocaína de un grupo criminal brasilero con contactos en Rosario. Algunos detalles: por el caso están siendo investigados también barrabravas de Newel’s (mano de obra de «Los Monos») y a la familia le hicieron llegar el mensaje «con la mafia no se jode».

El misterioso secuestro de Tallone

Tallone había desaparecido el pasado 8 de julio, en la zona de Abasto, en Buenos Aires. Lo había citado un amigo suyo, Juan Carlos Miró (55), quien le juró tener un contacto que podría ayudarle con algunos problemas que tenía en el puerto de Concepción del Uruguay, en Entre Ríos.

La investigación estableció que Tallone subió junto a su amigo a un Volkswagen Gol en el cual había dos personas, aún no identificadas. Detrás iba una camioneta Audi Q3 conducida por el abogado José Alberto Tomás Uriburu (40), un reconocido abogado que tenía una conocida enemistad con Tallone, quien estuvo imputado por una causa de falsificación de moneda en 2013.

Se cree que ambos estaban vinculados a negocios en el puerto de la ciudad entrerriana de Concepción del Uruguay. “Tenían rencillas y peleas. Eran investigados por un tema relacionado con un cargamento de aproximadamente 400 kilos de cocaína que desapareció”, explicó un investigador a Clarín.

El vehículo en el que trasladaron a Gastón Tallone y se presume fue facilitado por Juliá.

Al hombre se lo trasladó hasta una casilla en Benavídez, propiedad de la familia de Uriburu. Según la investigación, Tallone llamó a su mano derecha para que retire 65 mil dólares para pagar su rescate. Si bien el pago se realizó, el empresario nunca fue liberado. Su hijo siguió recibiendo amenazas a su teléfono en los días posteriores.

En una de ellas lo amenazaron a él también: “Buenas noches cumpa, la cosa es corta. El ladrón está acá con nosotros y está bien. O devuelven la droga y los 500 mil dólares que se robó y todo se termina y él vuelve, le robó a todos los narcos y ahora toca pagar. Si baten la cana bajamos y vamos por todos ustedes y sus ayudantes. Con la mafia no se jode”.

Por la desaparición del empresario fueron investigadas varias puntas. Las más recientes son dos presuntos barras de Newells Alejandro “Rengo” Ficcadenti (31) y Sergio Gabriel “Bebe” Di Vanni (43), detenidos desde septiembre pasado por los atentados contra Ángel Di María y su familia en los cuales le enviaron la cabeza de un chancho.

Al peritar los teléfonos de ambos, habrían encontrado conversaciones que hacían referencia al caso de Tallone. Por ese motivo Stornelli pidió trasladarlos a ambos a Buenos Aires para declarar, un movimiento que el fiscal Luis Schiappa Pietra -a cargo del caso por las amenazas- rechazó esta semana por motivos de seguridad.

Pero más allá de los dos barras, hay tres personas que están imputadas. Una es el propio Uriburu (40), quien se había hecho viral por correr 42 kilómetros en su departamento durante la pandemia y que en tiempos de la presidencia de Alberto Fernandez se ofreció a media de pacificador entre las autoridades y Ariel «Guille» Cantero, jefe de Los Monos.

Uriburu fue a visitar varias veces a Cantero a la cárcel, la última- llamativamente- tras el secuestro de Tallone. En algunos círculos se presentaba como su abogado

El segundo detenido es un hombre identificado como Cristian Gauna. La particularidad de este hombre es que Stornelli también lo esta investigando en una segunda causa: fuentes del Ministerio de Seguridad confiaron que de el partió (a través de un celular ilegal) el video en el que se ve a jóvenes armados amenazar de muerte a Patricia Bullrich y el gobernador de santa Fe Maximiliano Pullaro.

El tercero era Juliá. El Juzgado Federal de Primera Instancia Nº 1 de Concepción del Uruguay sostiene que fue él quien le proveyó a la banda el Gol trend con el que se traslado a la víctima. Los investigadores encontraron que el Telepase para los peajes de los coches estaban asociados a cuentas suyas. Uno de los detectives consultados por Clarín incluso fue más lejos: sostiene que directamente fue el ideólogo del caso.

Noticias Relacionadas