Los problemas con presos en las comisarías porteñas fueron muchos el año pasado, e incluso una fuga masiva determinó profundos cambios en la cúpula de la fuerza en Navidad. Y este sábado por la noche se vivió otro momento de extrema tensión, cuando efectivos de la Policía de la Ciudad en la Comisaría Vecinal 10 B, en Versalles, se encontraron de pronto con una pelea entre los presos, y la sola presunción de que pudiera tratarse de enmascarar otro intento de fuga disparó un enorme operativo, además de las presencias del secretario de Seguridad porteña, Ezequiel Daglio, y la subjefa de la Policía local, Carla Mangiameli.
Según detallaron fuentes policiales a la Agencia Noticias Argentinas, todo ocurrió cerca de las 23:20, cuando los gritos alertaron a los policías de una pelea entre los reclusos alojados en ese lugar.
La citada trifulca era, aparentemente, desigual, con tres presos de un lado y diez del otro, en la celda número 14 de esa seccional, situada en la calle Manuel Porcel de Peralta 726. De inmediato debieron intervenir los efectivos de guardia para impedir que todo escalara a consecuencias graves, pero la situación hizo que se activaran los protocolos para estos casos, sobre todo ante el temor de que pudiera tratarse de una pelea fingida en procura de propiciar otra fuga.
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Así llegaron enseguida diferentes unidades de contención, la División Unidad Táctica de Intervención de Alcaidías (DUTIA) y personal de la Unidad de Despliegue Intervenciones Rápidas (DIR).
Asimismo, también llegaron al lugar Daglio, el secretario de Seguridad porteño; la comisario general Mangiameli, flamante subjefa de la Policía de la Ciudad; y el director de Comisarías, Germán Goris.
Los uniformados controlaron rápidamente la pelea, separaron a los 13 reclusos que la habían protagonizado, al tiempo que varios de ellos fueron trasladados a otras alcaidías durante la madrugada del domingo. Tanto el personal policial como los detenidos que participaron de la pelea resultaron ilesos.
«El protocolo se activó rápido y todos los efectivos llegaron muy rápido, por lo que se controló enseguida la situación. Desde que se produjo la fuga de presos en diciembre y se cambiaron a los jefes de la Policía, los controles aumentaron y las autoridades, con Mangiameli a la cabeza, recorren cada una de las alcaidías», reveló un vocero policial.
En la comisaría vecinal 10 B quedaron policías de refuerzo en los alrededores del lugar solo por prevención, y en la madrugada de este domingo la situación había sido superada.
NA/HB