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La infanta Elena no pudo ser reina por una decisión histórica de su padre, Juan Carlos, que favoreció a Felipe.
La historia de la monarquía española está llena de decisiones clave. Una de ellas involucra a la Infanta Elena, primogénita de los reyes Juan Carlos y Sofía.
A pesar de ser la primera hija, Elena nunca pudo ocupar el trono. Esto se debió a leyes y decisiones históricas que determinaron la sucesión.
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La clave: la Pragmática Sanción de 1830
En 1830, el rey Fernando VII promulgó la Pragmática Sanción, que derogó la Ley Sálica. Esta ley permitió que las mujeres pudieran reinar, siempre que no hubiera un heredero varón. Aunque fundamental para el ascenso de Isabel II, no resolvió las disputas dinásticas posteriores.
La intervención de Juan Carlos y la Constitución de 1978
Cuando se redactó la Constitución Española de 1978, Juan Carlos I intervino para garantizar que Felipe fuera el heredero, desplazando a su hija Elena. Este movimiento legal marcó una clara desigualdad dentro de la familia real.
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El testimonio de Pilar Eyre: la postura de Juan Carlos
En el libro “Yo, el Rey”, la periodista Pilar Eyre cita a Juan Carlos I, quien le dijo a Adolfo Suárez: “Elena no puede reinar. Hay un chico, ese tiene que heredar”. Con esta declaración, el monarca aseguró que Felipe ocuparía el trono, desplazando a su hermana Elena.
Una decisión que alteró el curso de la historia
La infanta Elena ha sido siempre una figura fascinante, pero también misteriosa. Su carácter abierto y cercanía con la gente la hicieron popular.
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Sin embargo, su rol en la familia real fue limitado en los últimos años, en parte por la decisión de mantenerla en un perfil bajo.
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