La embestida de las «fintech» y de los bancos contra el exceso de carga impositiva puso el foco sobre el impuesto a los ingresos brutos (IIBB). Ese gravamen constituye la locomotora recaudatoria de las provincias. El ministro de Economía, Luis Caputo, encabeza desde hace meses una cruzada contra esta carga fiscal y volvió a pedir a los gobernadores una reducción. A la lista de reclamos se sumó el denominado G6, integrado por la asociación de bancos ADEBA, la Bolsa de Comercio, la Cámara de la Construcción, la Sociedad Rural y la UIA. Y hasta el CEO de Mercado Libre, Marcos Galperin, se metió en la discusión.
El esquema tributario actual determina que más de un tercio de los fondos que usan las jurisdicciones más importantes del país (por población y capacidad económica) proviene de transferencias del Gobierno Nacional. El resto de los gastos se solventan con lo que recauda la propia administración. En este escenario hay provincias con mayor dependencia de Nación (reciben más del 90%, como Formosa, Santiago del Estero o La Rioja) y otras jurisdicciones en las que la Nación sólo envía el 25% (CABA).
Pero las que más dependen se su propia perfomance recaudatoria deben sostenerse sobre el impuesto a los IIBB. Un informe elaborado por técnicos de la Legislatura bonaerense se determinó que Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe obtienen por IIBB más del 79% de los ingresos tributarios propios.
Los denominados “patrimoniales” como inmobiliario o patentes; sellos y otros gravámenes que obtienen las agencias y direcciones de impuestos provinciales completan la torta recaudatoria.
Los gobiernos de Martín Yaryora, Axel Kicillof y Maximiliano Pullaro pudieron sobrevivir a los recortes en las transferencias que aplicó el primer año de Javier Milei a partir de una presión sobre este gravamen provincial.
Esta semana, se desplegó una ofensiva coordinada de líderes de billeteras virtuales y entidades bancarias contra la suba de impuestos. “Basta de Ingresos Brutos”, publicó Mercado Libre en un comunicado. Marcos Galperín, CEO de la billetera puso el reclamo en X y se sumó Pierpaolo Barbieri, fundador de Ualá.
Hubo réplica de los bancos nucleados en las asociaciones que representan a las entidades nacionales (ABA), la de capitales extranjeros (Adeba), las provinciales y públicas (Abappra) y la especializada (ABE). “La alta carga de impuestos distorsivos que soporta la actividad financiera es uno de los elementos que explica el bajo y decreciente nivel de préstamos/PBI que muestra la economía en los últimos 25 años”, escribieron en un pronunciamiento los organismos.
De acuerdo con un estudio que hizo el ministerio de finanzas de Córdoba, la alícuota que pagan los servicios bancarios y financieros es la más alta en todas las jurisdicciones del país. El promedio es del 7,17%.
El resto de las actividades –englobadas en ocho grandes categorías- tributan así: industria, 1,28; agricultura, ganadería y pesca, 0,52; minería, 0,79; petróleo y gas, 2,7; construcción 2,2; comercio 4.1; transporte y logística 1,81 y hoteles-restaurantes, 4.04.
Ingresos Brutos tiene mala reputación. “Resulta necesario disminuir la presión tributaria y plantear una baja y eliminación del impuesto más regresivo y decadente de las Provincias: Ingresos Brutos. La experiencia de 2017, a través del Consenso Fiscal, permitió marcar un norte que algunas provincias continúan (como Mendoza), pero la gran mayoría ha abandonado” dijeron en la Legislatura desde el bloque de la UCR cuando debatieron el presupuesto y la ley fiscal de Kicillof, que al final no tuvo respaldo y por ahora no prosperó.
La alícuota «general» que cobran Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe es de entre 4,5 y 5% sobre la facturación de las actividades económicas y la prestación de servicios. Allí está el carácter “regresivo”: es para todos igual. Grandes y chicos. Pero, además, se traslada al consumidor final, según coinciden los expertos.
Algunas actividades tienen mayor carga. Por eso la queja de Galperin y el resto de los directivos del sector financiero. Según el comparativo al que accedió Clarín, los “servicios financieros” y conexos tienen una alícuota del 9% en Buenos Aires; es del 8,1% (promedio) en Córdoba y del 6,3 en Santa Fe. La provincia que administra Pullaro está en el lote de las que cobran menos a la banca y derivados.
Pero la dependencia de estas provincias –las más ricas del país- del cobro de IIBB es determinante: para Buenos Aires representa el 79,4% de la recaudación propia; para Córdoba el 79,9% y para Santa Fe el 85% de lo que cobra a los santafecinos.
Por eso resulta difícil para los gobernadores prescindir de este recurso. El informe mensual que difunde el senador provincial Marcelo Daletto (Cambio Federal-UCR), integrante de la comisión de Presupuesto de ese cuerpo determina que en Buenos Aires “a octubre 2024, los ingresos acumulados por la Provincia continúan recuperándose, sumando dos meses consecutivos de mejora en los recursos -gracias al esfuerzo de los contribuyentes como detallaremos más adelante- sin embargo, aún no alcanzan el nivel de la inflación. Se redujo la caída real acumulada de las transferencias nacionales respecto al mes previo, que, en relación al mismo período de 2023, cayeron un -11,9%. Los ingresos con origen en la recaudación provincial nuevamente presentan una mejora mensual, contrayendo la caída en términos reales de -5,7% en septiembre a un -4,8% en octubre, respecto al mismo período 2023”.
El trabajo del legislador sostiene que respecto a los primeros 10 meses del 2023, la recaudación provincial cayó un -4,8% en términos reales en 2024.
De acuerdo con un estudio que hizo el ministerio de finanzas de Córdoba, la alícuota que pagan los servicios bancarios y financieros es la más alta en todas las jurisdicciones del país. El promedio es del 7,17%.
El resto de las actividades –englobadas en ocho grandes categorías- tributan así: industria, 1,28; agricultura, ganadería y pesca, 0,52; minería, 0,79; petróleo y gas, 2,7; construcción 2,2; comercio 4.1; transporte y logística 1,81 y hoteles-restaurantes, 4.04.
SN