Clases públicas en la vereda de la Facultad de Medicina en Buenos Aires
Las soluciones de Lilia Lemoine generalmente son una invitación a Narnia, pero esta semana fue particularmente dañina su postura hacia los estudiantes de la carrera de Medicina, a quienes les sugirió que abandonaran su vocación en pos de una carrera corta que les diera una salida laboral rápida.
En la entrada de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, el cuerpo de estudiantes rechazó las declaraciones de la diputada y maquilladora.
Por ejemplo, una joven se mostró «totalmente en desacuerdo» con Lilia Lemoine, «porque es lo que estamos haciendo: nivelar para abajo», cuando se habla de bajar o mantener bajos los salarios del personal médico y otros trabajadores del sistema público de salud.
La joven señaló a C5N que el discurso de Lemoine -y de gran parte del oficialismo- equivale a decir: «lo que está mal tenés que dejar de hacerlo porque el problema es tuyo. No lo vamos a arreglar para que los médicos cobren lo que tienen que cobrar, lo que le correspondería a un médico que está 15 años formándose para salvar una vida, no. Tenés que dejar de hacerlo».
«Dice lo mismo con los maestros«, agregó.
«Coincido en que los médicos deberían ser bien remunerados, ya que estamos 15 años formándonos para salvar una vida, no es un trabajo así nomás. No porque no nos paguen bien decimos: ‘bueno, hacemos otra cosa’. Nos queremos dedicar a eso«, señaló otro estudiante en inmediaciones de la Facultad de Medicina de la UBA.
«Habría que replantearse por qué los senadores ahora se aumentaron el sueldo a más de $ 9.000.000 y los médicos siguen cobrando por debajo de la línea de pobreza», deslizó otra alumna, al tanto del incremento en la dieta del Senado sin una sola crítica de parte del Poder Ejecutivo, a diferencia de otras veces.
Ese mismo Senado podría aprobar la Ley de Emergencia Pediátrica, que es la que atañe al Hospital Garrahan y otros centros médicos que dependen del Estado, si el proyecto recibe primero la media sanción en Diputados.
«La mayoría de las personas nace con una vocación y si yo no me veo haciendo otra cosa la verdad que no me serviría otra carrera«, opinó una estudiante más, que con criterio señaló que «cada carrera es luchada, no sólo los médicos son malpagos, los profesores y docentes también».
«Es muy difícil dejar de hacer algo que a vos te gusta, más los pediatras, que tienen una vocación tremenda», sumó otro estudiante, con una parcialidad marcada por su vocación.
«Es muy difícil, más en el Garrahan, siendo casi el Top 1 en Latinoamérica, donde que vos entrás (a trabajar) y que te paguen poco y tener que dejarlo es un dilema de ‘no puedo vivir porque no alcanza la plata’ y tengo que dejar lo que más me gusta, por lo que estudié 10 años», planteó.
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