En el Barrio Sector Cinco, también conocido como Bajada del Loro, en el norte salteño, una patrulla de Gendarmería del Escuadrón 61 Salvador Mazza realizaba un recorrido rutinario por la zona fronteriza con Bolivia, cuando una figura humana los alertó. Era un hombre que caminaba en dirección al límite internacional. Llevaba una mochila al hombro y en la mano tenía un arma de fuego.
Aunque los efectivos le dieron la voz de alto, el sospechoso no se detuvo y corrió a toda velocidad. En la huida, arrojó la mochila y se perdió entre la densa vegetación. Nunca volvió por ella. Pero el contenido era revelador.
En presencia de testigos, los gendarmes abrieron el bolso donde encontraron 18 paquetes rectangulares envueltos con cinta. Dentro, una sustancia blanca y compacta. Especialistas de Criminalística y Estudios Forenses aplicaron las pruebas de campo Narcotest: el resultado fue positivo para cocaína. En total, el hombre llevaba en sus hombros 18 kilos con 180 gramos.
La carga fue inmediatamente secuestrada por orden de la Fiscalía Federal Descentralizada de Tartagal, en el marco de la Ley 23.737 de narcotráfico. El hombre —que continúa prófugo— intentaba cruzar con más de 18 kilos de cocaína pura en una zona clave para el tráfico internacional de estupefacientes.
El operativo encendió nuevamente las alarmas en una frontera que, lejos de ser solo una línea en el mapa, se convirtió en uno de los principales corredores del narcotráfico en el país. La Bajada del Loro no es una postal turística. Es un territorio caliente, una zona de paso y de riesgo.
Mientras continúa la búsqueda del sospechoso, el hallazgo se suma a una larga lista de operativos en la frontera. La mochila quedó en manos de la Justicia. La cocaína, en cadena de custodia. Pero el hombre que la cargaba sigue suelto.
En la Argentina, el precio promedio por kilo de cocaína como la que fue secuestrada, ronda los US$20.000. Si se tiene en cuenta lo secuestrado, el valor estimado de la droga que llevaba en la mochila asciende a más de US$360.000.