Cuando se bajó del camión, Alejandro Lozano García (48) supo al instante que frente a sus ojos había una tragedia. El Mercedes Benz GL 200 se había incrustado contra el Mercedes Benz 1114 con acoplado que, cargado de soja, se había mandado a la ruta provincial 88 tras el pesaje en una balanza en la zona de La Ballenera, cerca del acceso a Miramar.
Un colega que manejaba un camión cisterna llegó corriendo y le ordenó: «¡No mirés, no mirés!«. Lozano García se fue a la cabina, con un ataque de nervios. Eran las ocho de la noche del 8 de junio pasado.
Dentro del auto ya estaba muerto su conductor, el médico marplatense Diego Quirós (57), quien terminó decapitado. Su pareja, Yanina Liani (39), había sufrido heridas graves. Y el hijo de la mujer, Iñaki Mendizábal (8), tampoco había resistido al brutal impacto.
El camionero está acusado del «homicidio culposo agravado» de las dos víctimas y las lesiones de Liani, quien se recupera lentamente. Estuvo preso cinco días apenas ocurrido el hecho. Quedó libre pero la Cámara de Casación penal revocó la excarcelación y ordenó detenerlo nuevamente el 8 de julio, al considerar que había riesgo de fuga.
Lozano García pasó más de un mes en la cárcel de Batán, adonde finalmente salió el 14 de agosto. Fue luego de que el juez de Garantías N° 1 de Mar del Plata, Daniel De Marco, le dictara la «falta de mérito«, una decisión que fue apelada por el fiscal Rodolfo Moure, de la UFIJ N° 11 de Delitos Culposos, y la querella a cargo del abogado Juan Manuel Belliure.
En una entrevista con este diario días después de lo ocurrido, Francisco Quirós (24), también médico como lo era su papá, contó que se dirigió al lugar de la tragedia desde Mar del Plata y se encontró con un cuadro espantoso dentro del coche: «Toqué los pedacitos de mi papá y el asesino está en su casa», se quejó.
El camionero, que vive en Quequén, atiende el llamado de Clarín en el estudio de sus defensores Martín de la Canal y Juan Pablo Roselló, en Necochea.
Los abogados coinciden en que pedir que se respete el «estado de inocencia» de su cliente, «más cuando la prueba obrante indica que no hay peligro de fuga ni ningún tipo de peligro de obstruir la investigación, y tampoco la prueba es contundente como para mantener a una persona presa».
Sobre los dichos del hijo de la víctima, Lozano García responde: «Lógicamente lo entiendo, pero yo no soy ningún asesino, no salí a matar a nadie«.
De acuerdo al fiscal Moure, el camión no estaba en condiciones de transitar. Asegura que no le funcionaban varias luces. Además, no contaba con licencia de conducir (estaba vencida desde 2022) ni Verificación Técnica Vehicular (VTV).
El juez De Marco, en su resolución, indicó que Quirós circulaba a alta velocidad y tenía cocaína en sangre, resultados que fueron objetados por el fiscal y por el abogado Belliure.
El impacto se produjo cuando el camión se subió a la ruta. El acoplado todavía estaba cruzado en el carril contrario al que circulaba el auto del médico rumbo a Mar del Plata.
«Cuando me bajé, me imaginé que había alguna muerte, pero no sabía la cantidad. Yo tengo dos hijos, pensé en ellos. Cuando supe que había una criatura (dentro del Mercedes Benz), me terminé de derrumbar», se angustia Lozano García.
Y agrega: «Estaba trabajando, pero jamás desearía que haya pasado esto y menos que haya muertes de por medio».
De la Canal acota que la primera vez que lo excarcelaron al chofer, el 13 de junio, «estuvo en libertad en la casa, lo cual es una prueba contundente de que nunca quiso fugarse, aun sabiendo que el particular damnificado y el fiscal habían apelado esa excarcelación».
La defensa destaca el testimonio de la dueña de la báscula, según la cual las luces del camión funcionaban correctamente. Para los abogados, fue Quirós el responsable por manejar a alta velocidad y con vestigios de cocaína.
Y ofrecen otro testimonio, de una mujer que dijo haber ido a 140 km/h y el Mercedes Benz la sobrepasó, poco antes del accidente, «a una velocidad muy superior».
La réplica del fiscal y la querella
El fiscal Moure replicó en su apelación que en estos delitos «no puede haber compensación de culpas». Es decir, no se puede establecer que la responsabilidad de la tragedia fue de los conductores de los dos vehículos.
Belliure también atacó con dureza la decisión del juez: «Es una vergüenza cómo ataca a la víctima. Le faltó decir que Quirós manejaba un cohete a 400 km/h tomando cocaína y chocó al pobre camionero que iba sin frenos, sin luces sin VTV, sin licencia y sin ninguna medida de seguridad. Le faltó decir ‘pobre víctima del sistema’«, ironizó.
Según Lozano García, el momento del impacto fue así: «Me paro adelante de la ruta, no venía nadie, sube el chasis, luego el acoplado y cuando iba la mitad del acoplado por el carril contrario se aparece este auto como un rayo, a gran velocidad, y me choca». Calcula que iría a 170 km/h.
Y niega que el 1114, modelo 1980, no estuviera en condiciones de circular por una ruta: «Las luces estaban bien, funcionaban y las cintas refractarias se veían. Por supuesto que estaba en condiciones de salir a la ruta, si no no hubiera salido. Tengo 15 años como camionero y hacía casi un año que andaba con este camión».
De la Canal agrega que «el camión salió a reglamento, con el kilaje permitido, se acompañó el ticket respectivo, y con respecto a las luces la dueña de la balanza fue muy contundente en declarar que cuando salió el camión, lo hizo con todas las luces en perfecto funcionamiento«.
Roselló apunta que «ya hay dos personas que manifiestan lo mismo: el exceso de velocidad por parte del conductor del Mercedes Benz», lo que «demuestra claramente que la responsabilidad mayor en este caso sería de esta persona», por Quirós.
«Si hubiese venido a la velocidad permitida el auto, quizás el resultado sería otro», estima.
Para la defensa, hay tres escenarios posibles cuando se clausure la instrucción: un juicio oral común, un juicio por jurados y un juicio abreviado. «Cuando llegue el momento oportuno, evaluaremos todas las opciones que hay», dicen.
Respecto de la sospecha de que el médico manejaba drogado, cuentan que «se pidió un informe a los efectos de que se explique cuál es la incidencia de la cocaína en sangre en el manejo» y «también se libró un oficio a la Municipalidad de General Pueyrredón a los efectos de que informe cuál es la velocidad máxima de este tramo de la ruta 88».
El camionero cierra con una frase que resume su postura de mantenerse a derecho: «Darme a la fuga nunca se me cruzaría por la cabeza».
EMJ