Como si no fuera suficiente con el culebrón de los aranceles ahora la telenovela de Trump vs Powell suma un nuevo capítulo, quizás, inspirado en una célebre película de Hollywood. Es que a pesar que a mediados del mes pasado el presidente Trump negó la posibilidad de echar al titular de la Fed, Jerome Powell, y a menos de 48 horas de que el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC, por sus siglas en inglés) decidiera mantener las tasas de interés, el inquilino de la Casa Blanca volvió a embestir contra el banquero central. Pero esta vez poco más que llamó a los integrantes de la Junta Directiva de la Fed a una “revolución” contra Powell.
A través de la red social Truth Social escribió: «Jerome “Too Late” Powell, un imbécil testarudo, debe bajar sustancialmente las tasas de interés, ¡YA! Si continúa negándose, la Junta Directiva debería asumir el control y hacer lo que todos saben que debe hacerse». De esta manera, Trump parece inspirar una especie de “el motín del Caine” en el seno de la Fed, y ya no apodando a Powell como “Mr. Too Late” sino directamente clamando una rebelión interna.
Cabe señalar que esta nueva embestida de la novela Trump vs Powell se da después de que la Fed decidió, en su última reunión de política monetaria, mantener las tasas sin cambios, en el rango de 4,25%-4,50%, y en lo que supone la quinta pausa consecutiva de su actual ciclo de flexibilización. La decisión fue tomada con disenso ya que contó con el voto en contra de Michelle Bowman y Christopher Waller, quienes respaldaron reducir el rango objetivo para la tasa de fondos federales en 25 puntos básicos (es la primera vez que varios gobernadores rompen con la mayoría en una decisión sobre las tasas desde 1993). La no unanimidad en la votación no sorprendió a los analistas porque esperaban que los disidentes iban a querer congraciarse con Trump quien sigue buscando candidatos para suceder a Powell.
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Powell finaliza su mandato en mayo de 2026 y tiene claro que no seguirá al frente de la Fed.
Federal Reserve
Sin pelos en la lengua, bien al estilo Trump, reiteró sus amenazas de echar a Powell de la Fed, después la nueva pausa en el ciclo de flexibilización: «¡Jerome “Too Late” Powell lo ha vuelto a hacer! Llegó demasiado tarde y, de hecho, demasiado furioso, demasiado estúpido y demasiado político, para ocupar la presidencia de la Reserva Federal. Dicho de otro modo, “Too Late” es un fracaso total, y nuestro país está pagando las consecuencias».
Vale recordar que no es la primera vez que Trump exhorta a la Junta de la Fed a actuar. El mes pasado señaló que «la vivienda en nuestro país está rezagada porque Jerome “demasiado tarde” Powell se niega a bajar las tasas de interés. Las familias se ven perjudicadas porque las tasas de interés son demasiado altas, e incluso nuestro país tiene que pagar una tasa más alta de lo que debería ser debido a “demasiado tarde”. Nuestra tasa debería ser tres puntos más baja que la actual, ahorrándonos un billón de dólares al año (como país). Este testarudo de la Reserva Federal simplemente no lo entiende. Nunca lo entendió y nunca lo entenderá. La Junta debería actuar, ¡pero no tiene el coraje de hacerlo!».
No puede soslayarse que, desde el punto de vista reglamentario, Powell finaliza su mandato en mayo de 2026 y tiene claro que no seguirá al frente de la Fed, aunque la duda ahora es si completará este periodo, ya que los rumores sobre un posible despido no dejan de sobrevolar el mercado. Sin embargo, en los últimos meses varias veces tanto Trump como algunos de los más altos funcionarios de su administración como por ejemplo el Secretario del Tesoro, Scott Bessent, han tenido que salir a despejar dudas sobre la continuidad de Powell, ante ciertas turbulencias de los mercados. Aunque, afirmaron que no descartaban nada, pero lo creían muy poco probable, a menos que tenga que irse por fraude, ironizaron. Si bien a los inversores normalmente les gusta la perspectiva de recortes de tasas, la posible interferencia de Trump podría considerarse excesiva por gran parte del mercado.
El mes pasado, incluso, se supo de una reunión entre Trump y legisladores republicanos en la que se debatió el despido de Powell. Es más, Trump fue a visitar la sede de la Fed, lo que despertó innumerables conjeturas, aunque se enmascaró en ver cómo estaba yendo el proceso de refacción del edificio. Al respecto, por este tema se alzaron varias voces criticando que la Fed se había pasado del presupuesto original en más de u$s700 millones a un total de u$s2.500 millones para hacer, entre otras cosas, terrazas ajardinadas en la azotea, fuentes, ascensores VIP y mármol de primera calidad. Según Russell Vought, director de la Oficina de Administración y Presupuesto, el costo de la renovación ya es de más de u$s1.900 por m2, el doble del costo de la renovación de un edificio federal histórico común y corriente.
En el mercado de predicciones Polymarket, las probabilidades de que Trump despidiera a Powell en 2025 se dispararon hasta el 40%, antes de retroceder al 20% cuando el presidente pareció dar marcha atrás.
Powell agotaría su mandato como presidente en mayo de 2026 y como gobernador (miembro del Comité) en 2028. Desde el punto de vista legal interno de la Fed, Trump no tiene la capacidad jurídica de destituirlo como presidente, salvo por razones de conducta indebida (fraude o incapacidad). El precedente jurídico de 1935, Humphrey’s Executor vs. United States, limita la capacidad del presidente para remover a altos cargos de agencias independientes sin causa justificada.
No obstante, este consenso jurídico se está poniendo a prueba en el Tribunal Supremo, con varios casos abiertos por destituciones de cargos ejecutivos en otras agencias gubernamentales independientes (la misma categoría administrativa que la Fed). No obstante, incluso si los ceses forzados fuesen estimados como válidos, la doctrina jurídica americana tiene a la Fed como una agencia con unas características especiales y, por tanto, a sus miembros aún más blindados. Por tanto, el costo político-jurídico de una salida de Powell es elevado y, por supuesto, tendría también un impacto tremendamente negativo en los mercados, generando aún más desconfianza y erosionando el capital político de la actual Administración.
Con relación a la postura de Waller y Bowman debe decirse que la confusión tiene consecuencias, porque ambos no solo estarían compitiendo por el puesto principal, sino que también debilitarían la posición de la Fed al fracturar su unidad, lo que lastraría la confianza del mercado en los próximos meses. Además, esta doble disidencia generaría especulaciones sobre la posibilidad de que Powell siga en la mira. Los analistas consideran que suponiendo que deje el cargo en mayo de 2026, como está previsto, es muy probable que los mercados incorporen en los precios una fuerte baja de las tasas en junio del próximo año, lo que distorsionaría la fijación de precios para las empresas, que dependen de los mercados de bonos como referencia.