El círculo rojo sobre el coimagate de Milei: «Son unos desaforados por la plata»

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El empresariado argentino tiene dos certezas que coexisten: la primera, que apoyará al Gobierno de Javier Milei; la segunda, que es un Gobierno con características corruptas muy marcadas, situaciones que vienen, incluso, desde antes del estallido del coima-gate, en el que la cúpula cercana al Presidente habría recibido retornos de parte de una farmacéutica que proveía a la Agencia de Discapacidad (ANDIS). Este es el clima que se vivió el viernes a última hora de la noche en un evento en la Bolsa de Comercio de Rosario, donde expuso el Presidente y, en primera fila, bancaron varios funcionarios del gabinete, entre ellos su hermana Karina, que según el titular de Andis, Diego Spagnuolo, sería parte del esquema recaudatorio. 

Las fuentes que participaron del encuentro contaron a Página I12 que en la platea empresaria se utilizó una frase para describir el contexto y los vicios del Ejecutivo y sus satélites. «Son desaforados con la plata», sintetizaron. Un desaforado, para el diccionario y la IA, es alguien que «obra sin ley ni fuero, atropellando todo». El caso Andis pegó en el Círculo Rojo mucho más que el caso Libra: en el catering top que se sirvió luego de que Milei se fue del evento, muchos plantearon que es un parteaguas en la vinculación con el contexto más cercano al Presidente. «¿Quién va a aceptar, ahora, verse a solas con Karina o los Menem?», se preguntaron, con bastante lógica. 

La pregunta es desde cuándo el establishment nacional sabe o sospecha de estos manejos, y aún así sostiene los esquemas oficiales. Y cómo es que esos mismos empresarios que apoyan y minimizan, luego sostienen que el problema del país es la falta de instituciones sólidas, la seguridad jurídica ausente y la falta de inversiones por temor a las conductas típicas de los políticos. 

Silencio en la Bolsa

Apenas Milei arrancó el discurso en la Bolsa y mencionó la idea de «hacer una disertación sobre las tasas de interés», los empresarios se miraron entre ellos y hasta algunos se sonrieron incómodos. En sus celulares y en todos los medios estaba la expectativa de que Milei dijera algo del escándalo de corrupción. Algunos, en la previa, sondearon al ministro de Economía, Luis Caputo, para ver si decía algo del asunto. Cero. Nada. Tampoco lo hizo el vocero, Manuel Adorni, uno de los presentes en primera fila. 

Esperaban los ceos un discurso político, algo aunque sea defensivo sobre el tema coimas. No sólo no ocurrió, sino que el Presidente decidió hacer lo menos recomendable en estos casos: hablar de otro tema e ignorar una crisis evidente, que parece recién estar mostrando la punta del iceberg. 

El Gobierno, está claro, no sabe cómo salir de un asunto que, además, complica todo en un año electoral donde ya la crisis económica estaba pegando fuerte: el temor es que se vea más material sobre los Menem, algunas cosas en video; y sobre todo la relación de Spagnuolo con José Luis Espert, el candidato de LLA en la provincia de Buenos Aires. Ya hay fotos de ellos juntos circulando en redes sociales. El caso de los riojanos, los Menem, es particular, porque muchos empresarios del Norte Grande ahora aseguran que hace tiempo se manejan de la manera que Spagnuolo puso en sus polémicos audios, hoy auditados, peritados y analizados por el juez federal Sebastián Casanello. 

Viejos conocidos

Desde antes de que Milei sea presidente, según contó un alto directivo de una firma nacional a este diario, hay en torno al mandatario un esquema recaudatorio que adquiere diferentes formas. Siempre, según ellos, tuvo este nivel de desprolijidad. La mayoría considera que Milei está al tanto, pero no es el que ejecuta las maneras y objetivos. El problema es que el sistema implosiona ante la colisión política de los bandos en disputa: Karina, Lule y Martín Menem, por un lado; y Santiago Caputo y las Fuerzas del Cielo, por otro. 

Hay gestualidades que grafican el asunto. Juan Pazo, el titular de ARCA, es el encargado habitual de las reuniones e interacciones con el campo. Ayer, para evitar estar en la Bolsa de Rosario, un evento casi dirigido al sector agro, se tomó un avión a Miami por razones personales. Pazo es parte del entorno de confianza de Caputo, y su ida temporal es el último capítulo de un astillado del Triángulo de Hierro que tiene precuelas. Es que hoy, aún más después de Andis, todo el esquema recaudatorio que antes se contenía de una forma más elegante, quedó en manos de la secretaria de la Presidencia. 

Algunos cuentan un dato interesante que grafica la disputa: hasta que se recalentaron esas tensiones entre Karina y las Fuerzas del Cielo, el esquema recaudatorio se venía haciendo, centralmente, vía la Fundación Faro, cuyo fronting es el ideólogo de la retórica ultra Agustín Laje, pero que en los papeles está manejada por uno de los hermanos de Caputo. Desde que empezó la pelea con el karinismo, Faro convocó a un solo evento con empresarios: fue en el Yacht Club, y fue gratis. Nadie le pidió plata a nadie. Hasta ese momento, todos los eventos en el Yacht fueron pagos, con tarjetas en pesos o en dólares. 

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