La Vaca Muerta «original» consiste en una formación rocosa que da origen tanto a petróleo como a gas no convencional. Esta se ubica en la cuenca neuquina y se extiende por 30.000 kilómetros cuadrados, lo que la convierte en el segundo reservorio de gas no convencional más grande del mundo y el cuarto de petróleo.
Al hablar de energías convencionales, se hace referencia a hidrocarburos situados dentro de un tipo de roca llamado shale, la cual es poco permeable. Dada su naturaleza, para sacarlo, se debe recurrir a la tradicional perforación vertical, sumada a la perforación horizontal y a la denominada fractura hidráulica (fracking). De hecho, las perspectivas más grandes de desarrollo de Vaca Muerta para este 2024 estaban enfocadas en el petróleo y el aumento de las exportaciones, lo que abre la demanda global del crudo, precios internacionales altos y una infraestructura en desarrollo.
Mes a mes, Neuquén se consolida como la mayor provincia productora de hidrocarburíferos de Argentina ante el constante progreso de los yacimientos de Vaca Muerta. El pasado mes de octubre, logró un nuevo récord histórico en la producción de petróleo, con 447.460 barriles por día, lo que supone un aumento del 0,13% en comparación con septiembre de 2024 y un significativo incremento del 26,35% comparado con el mismo mes el año pasado.
La «Vaca Muerta» del mar: un nuevo hallazgo científico
Alejandro Haim, ingeniero, recientemente hizo decalraciones sobre una pequeña «Vaca Muerta» en el mar. Se trataría de un desarrollo de energía limpia, ubicada en un parque de tres hectráreas la cual produciría, en el medio del mar, energía suficiente para inyectar a la red y abastecer el consumo de 5.000 hogares.
De esta forma, comparó la energía undimotriz, formada a partir de las olas del océano, con el yacimiento de 30.000 kilómetros cuadrados previamente mencionado. En 2011, Haim creó un equipo que, a través de boyas, hace posible la producción de energía con ondas de oleaje marítimo. Luego de más de 10 años de investigación, pruebas y desarrollo, se decantó por el establecimiento de un parque de tres hectáreas que, en medio del mar, tenga la capacidad de producir la suficiente energía para inyectar a la red y suministrar lo necesario para el consumo de 5.000 hogares.
«Con este proyecto, involucré al mar con la actividad deportiva, la generación de energía renovable y la ingeniería mecánica», detalló el experto. De la mano del docente Mario Pellisero, Haim dio impulso a este proyecto y consiguió un presupuesto de la Universidad Tecnológica Nacional regional de Buenos Aires para dar comienzo a la investigación en los laboratorios de Ingeniería Civil e Ingeniería Mecánica.
En qué consiste «Vaca Muerta» en el mar
El primer prototipo se creó con engranajes de una vieja fotocopiadora y destornilladores eléctricos. «La energía undimotriz es la que producen las ondas del mar. Se genera por la fricción de los vientos en la superficie. Esa fricción deforma la superficie generando ondulaciones, y esas ondulaciones se transportan cientos de kilómetros», argumentó en una entrevista con América Futura (de El País).
Además, brindó detalles de un prototipo, el cual está pretendiendo llevar a la realidad junto a su equipo de 25 personas. El prototipo consiste en dos boyas pesadas sostenidas por brazos que, con el movimiento, encienden una luz. Cuanto más intenso se hace el movimiento, más fuerte es la iluminación. En 2019, consiguió la patenta y comenzó las pruebas en ambientes que simulaban las condiciones del mar.
Esta funciona gracias a una conexión a un cable submarino que lleva la energía hasta la costa, donde es conectada a una subestación eléctrica. Proyectan un parque undimotriz que podría funcionar a entre 500 metros y 2 kilómetros de la orilla den las ciudades argentinas de Mar del Plata y Necochea, en la costa de la provincia de Buenos Aires, y generaría 6 megavatios constante, cantidad suficiente para dotar de suministro energético a 5.000 o 20.000 personas.
El ingeniero está convencido del potencial del proyecto: «Es como tener una reserva de Vaca Muerta en el mar, es un recurso extraordinario, este sistema se podría adaptar a cualquier zona donde haya olas que superen el medio metro», concluyó.