San Lorenzo: un festival de manejos irregulares acorrala al presidente

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San Lorenzo puede sentirse en sintonía con el contexto. En el mes en que el senador Edgardo Kueider fue detenido en Paraguay con 211 mil dólares, 3,9 millones de pesos y 640 mil guaraníes en una mochila, con los que supuestamente iba a pagar departamentos en ese país, la dirigencia azulgrana incluyó en el balance del ejercicio 1º de julio 2023 – 30 de junio 2024 una serie de rarezas que se parecen bastante a las aventuras del senador entrerriano.

Varias de ellas figuran en el ítem “préstamos mutuos”, un eufemismo que funciona como recolector de aportes privados de dirigentes, empresas y fondos de dudosa procedencia. Aunque no consta en el documento oficial, dentro de esa línea de préstamos asoma un fondo de inversión estadounidense llamado IRQ y otras compañías de orígenes disímiles, por lo general bastante alejadas del negocio del fútbol. 

De hecho, en el balance todavía figura AIS Investment, un fondo con sede en Suiza, Bahamas, España, Panamá y Luxemburgo, que en su sitio web oficial se define como “una boutique de inversión centrada en las necesidades de los clientes institucionales de Latinoamérica”. AIS tuvo embargada la principal cuenta del club, en el Banco Credicoop, durante los primeros meses de la gestión de Marcelo Moretti: es uno de los legados que recibió el actual presidente de la fallida gestión de Marcelo Tinelli.

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Todo –lo de AIS, lo de IRQ y demás cuestiones– conforma un verdadero festín para quienes promueven las sociedades anónimas deportivas en Argentina y quieren inyectar dinero externo en los clubes, algo que ya pasa pero de manera encubierta y no del todo prolija. El reclamo del mismísimo Tinelli para que le devuelvan un millón y medio de dólares es parte de ese menú. 

Todas estas irregularidades en el último balance no se trataron en la asamblea del viernes 13, suspendida por la irrupción de una decena de socios opositores, hastiados con el presente del club, tanto en lo económico como en lo deportivo.

Los resultados de ese balance, atizado por una comisión fiscalizadora que votó en contra, exhibe un aumento de los pasivos y un déficit operativo mensual cercano a los 700 millones de pesos.  

Pero la crisis de San Lorenzo es también –o sobre todo– política. La reformulación por cuarta vez en el año del Consejo del Fútbol y el aterrizaje de emergencia del vicepresidente Néstor Navarro, un poderoso empresario de la carne que vive en Uruguay por cuestiones impositivas, responden a esa división interna: ya son varios los integrantes de la Comisión Directiva que le piden a Moretti que delegue o dosifique sus funciones y su injerencia en las decisiones. 

A Navarro se le suma el vice segundo, Andrés Terzano; el tesorero, Leandro Goroyesky, y el intendente, Martín Cigna. Fueron ellos los que le sugirieron formalmente a Moretti algo más que la cesión parcial de la gestión del club. El presidente lo rechazó de mal modo, pero aceptó conformar un Consejo de Fútbol sin su presencia. Ya lo sabemos: el fútbol es el que mueve el amperímetro del humor social de hinchas y socios. Este receso y un reinicio con resultados más dignos podría aplacar la furia que hubo en los últimos partidos en el Nuevo Gasómetro. El tiempo dirá. Aunque los números y la gestión no son una cuestión de carácter estacional.

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