Un ingeniero alemán, de 59 años, llamado Rüdiger Koch vive desde hace alrededor de dos meses en una cápsula ubicada a 11 metros de profundidad en el mar en las costas de Puerto Lindo, ubicado en Panamá. El hombre pretende romper un récord Guinness y, a su vez, demostrarle al mundo que es posible vivir y trabajar a gusto bajo el mar.
Koch inició su aventura el 26 de septiembre y planea estirarla hasta el 24 de enero para hacerse del récord Guinness como la persona que más tiempo estuvo debajo del agua sin despresurización, según consignó AFP. Hasta el momento, este título es propiedad de Joseph Dituri, quien se mantuvo 100 días sumergido en una cápsula en un lago de Florida.
“Trasladarnos al océano es algo que deberíamos hacer. Es mucho más tranquilo estar aquí abajo, no es como la vida en la ciudad, lo que se escucha son las olas y el leve ruido de los peces”, comentó Koch. “Me despierto a las seis, sigo las noticias, trabajo un poco y luego preparo el desayuno para ocuparme de todas las cosas que surgen a diario”, relató el ingeniero.
Eial Berja, un experto en seguridad, se encarga de controlar los movimientos de Koch mediante cuatro cámaras de vigilancia para que no aborte la misión. Berja explicó que el hombre recibe los alimentos desde el exterior y que a menudo es visitado por un médico y por sus dos hijos. Además, bromeó sobre la fecha en que lo fue a ver su esposa: “La última vez que miré aún estaba casado”.
La cápsula tiene una extensión de 30 metros cuadrados y cuenta con un inodoro portátil, una cama, un televisor, una computadora, una bicicleta y muchos abanicos para refrescarse. A pesar de estar sumergido en el mar, el hogar de Koch tiene conexión a internet y utiliza energía solar, sin embargo, no cuenta con una ducha dentro de la unidad.
“No es particularmente duro, no siento que esté sufriendo aquí abajo en absoluto, aunque lo más difícil es que a veces quiero bucear”, contó Koch. Sin embargo, el alemán comentó que, gane o no gane el récord, tiene claro que lo primero que va a hacer cuando salga de su encierro voluntario va a ser darse una buena ducha de “una hora más o menos”.
La cabina de Koch está conectada a una casa flotante, ubicada a 15 minutos en bote desde la marina de Linton Bay. La vivienda tiene forma circular, por lo que para ingresar se debe subir por una escalera colgante o un montacargas y, una vez adentro, se debe descender hasta la cabina donde vive el ingeniero alemán a través de una estrecha escalera caracol.
La construcción de la cabina donde vive Koch es totalmente amigable con el medio ambiente, debido a que sus paredes externas están hechas de un material similar a de las conchas de mar. Grant Romundt, el socio del ingeniero alemán en la empresa que se encarga de construir casas flotantes en la zona del caribe panameño, dijo: “Decidimos buscar el récord Guinness para poder mostrarle al mundo que se puede innovar y vivir bajo el agua”.