Un policía irá a juicio por intentar robar US$30.000 de la casa donde un funcionario apareció muerto

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“Hurto calamitoso en grado de tentativa”. Se trata de la acusación de la que deberá defenderse en un juicio oral y público un oficial de la Policía de la Ciudad por intentar sustraer 30.000 dólares de la casa de Carlos María Pedrini, el funcionario porteño que pocos minutos antes había sido encontrado muerto en la bañera de su domicilio de Parque Chacabuco. El uniformado, junto con un compañero, había concurrido al inmueble después de la llamada al número de emergencias 911 en la que se denunció el hallazgo del cuerpo.

“Este Ministerio Público le atribuye a Germán Ariel Z. haber intentado apoderarse ilegítimamente, aprovechando las facilidades provenientes de la muerte de Pedrini , de la suma de 30.000 dólares que se encontraban en el interior del domicilio”, sostuvo el fiscal Leonel Gómez Barbella en el requerimiento de elevación a juicio presentado el 11 de este mes.

Pedrini, que tenía 48 años, fue encontrado muerto el 23 de enero del año pasado. El cuerpo estaba en el baño de su casa de Parque Chacabuco. La Policía de la Ciudad llegó al inmueble después de una llamada al número de emergencias 911. La autopsia determinó que la causa de muerte fue “asfixia mecánica por compresión de cuello”.

En una puerta de vidrio que conecta la casa con el garaje había una nota que decía: “Estoy en la bañera muerto. Antes de entrar saca toda la plata y después recién llama a la poli [sic]. Perdón por lo que te toca en esto, te quiero y gracias por todo”. En un primer momento, se informó del secuestro de 30.000 dólares y 68.000 pesos.

En un allanamiento hecho 24 horas después, personal de la Policía Federal Argentina (PFA) decomisó 500.000 pesos, 7000 dólares y un teléfono celular que estaban guardados en una caja fuerte.

Carlos Pedrini tenía 48 añosX.com

En el inicio de la causa, según fuentes judiciales, hubo dos uniformados imputados. Pero Román P., el compañero de Germán Ariel Z., terminó sobreseído.

Según se desprende del expediente judicial, todo comenzó cuando un cuñado de Pedrini observó que del chaleco antibalas de Germán Ariel Z. sobresalían billetes. Eran dólares.

“En ese momento, [el cuñado del funcionario fallecido] increpó al oficial respecto al dinero, quien ingresó rápidamente al domicilio y arrojó el dinero en el piso del living, para luego salir nuevamente de la propiedad”, según se explicó en el citado requerimiento de elevación a juicio, al que tuvo acceso LA NACION.

Cuando fue indagado, Germán Ariel Z. negó la acusación en su contra. “Yo de esa casa no intenté, ni saqué nada”, sostuvo el imputado.

Días después, en una ampliación de su declaración indagatoria, sembró dudas sobre la cantidad de dinero que había en la casa de Pedrini. “La cantidad que secuestraron [los 30.000 dólares] de dinero es comparado con la cantidad de dinero que había en el lugar. No coincide de ningún punto de vista, no coincide la cantidad, los montos, la forma donde yo lo vi”, dijo el oficial, defendido por el abogado Darío Almada.

Pero, para el fiscal Gómez Barbella “la firme acusación formulada por familiares de Pedrini se exhibe como principal prueba de cargo, ya que señalaron que observaron salir a Germán Ariel Z. con billetes de moneda extranjera que sobresalían de su chaleco reglamentario y que, a raíz de la acusación, el acusado ingresó nuevamente al domicilio y dejó el dinero. Este relato está respaldado por las versiones de los agentes policiales que intervinieron en el procedimiento. Aunque dijeron que no observaron al imputado salir con el dinero, referenciaron acerca de la espontaneidad con la que los testigos acusaron al sospechoso de la sustracción y de lo repentino, circunstancia que fortalece la versión de los testigos, en tanto los dota de credibilidad al reproche. En esta línea, que no hayan secuestrado el dinero en poder del imputado, da cuenta de que la versión de los testigos cuenta con respaldo. La credibilidad y acreditación de la versión de los testigos es un acto que corresponde al debate oral, en el que -eventualmente- las partes tendrán la posibilidad de interrogarlos en pos de acreditar sus teorías del caso”.

La semana pasada, tras rechazar el pedido de sobreseimiento de Germán Ariel Z., el juez nacional en lo criminal y correccional, Marcos Fernández, clausuró la instrucción de la causa, que siempre estuvo delegada en la fiscalía.

Prescripción

Cuarenta y ocho horas antes de que fuera encontrado muerto, Pedrini había sido denunciado por abuso sexual.

La denuncia fue presentada en una comisaría de la Policía de la Ciudad. La denunciante fue una sobrina de Pedrini, que en ese momento tenía de 19 años.

La víctima relató que su tío las había invitado a ella y a una amiga de 18 años a un cumpleaños en un boliche del barrio de Monserrat.

“Mi tío nos pasó a buscar con su auto el viernes pasado a la 1 por la casa de mi amiga, en Palermo. Fuimos al boliche”, recordó la joven. Contó que después del primer trago, whisky con energizante, se empezó a sentir mal. Sostuvo que, en su opinión, Pedrini le había puesto alguna sustancia en la bebida. También afirmó que el funcionario les había ofrecido pastillas de droga sintética y que se las había dado contra su voluntad.

A las 5 fueron los tres, según la denuncia, a la casa de Pedrini, en Parque Chacabuco, donde su tío le pidió que lo abrazara y les propuso jugar a “verdad o reto”. La joven, según sus palabras, comenzó a sentirse incómoda, porque todo lo que debía responder eran cuestiones de índole sexual.

Luego de unos minutos, Pedrini le pidió a su sobrina que lo abrazara y le exigió que lo hiciera fuerte. Después, con el cierre de su pantalón bajo, intentó abusar de ella, según la denuncia.

La joven, en ese momento, según declaró, se sintió angustiada y le dijo a su tío que se quería ir. Cuando terminó de hacer su relato de los hechos, respondió que quería instar la acción penal y que quería solicitar una medida restrictiva.

Tras la muerte de Pedrini, la amiga de la sobrina del funcionario se presentó en la fiscalía de Gómez Barbella. La joven, que estudia medicina, afirmó que en el boliche, cuando bailaban, el funcionario le tocó las piernas. “Me bajaba el vestido”, sostuvo. Ratificó que le dio pastillas de éxtasis.

Pero ante la muerte de Pedrini se declaró extinguida la acción penal y se dictó el sobreseimiento.

Además, se había iniciado una causa para investigar el origen del dinero hallado en la casa del funcionario fallecido. Dicho expediente fue girado por la jueza nacional en lo criminal y correccional Ángeles Gómez Maiorano al Ministerio Público para que el fiscal Gómez Barbella y su equipo de colaboradores determinen si provino de un hecho ilícito.

Respecto de la muerte de Pedrini se investigó si había sido instigado a suicidarse. El resultado fue negativo. La decisión de quitarse la mía fue de él.

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